Leucemia linfocítica aguda: terapia dirigida

La terapia dirigida es el uso de medicamentos dirigidos a partes de las células cancerosas que las diferencian de las células sanas. Se dirigen a las proteínas que controlan el crecimiento, la división y la propagación de las células cancerosas. Pueden dañar las células cancerosas sin afectar la mayoría de las células sanas. Estos medicamentos son distintos de los de la quimioterapia (quimio) estándar. A menudo tienen efectos secundarios más leves.

¿Cuándo se utiliza terapia dirigida para la LLA?

La terapia dirigida puede usarse como primer tratamiento para la leucemia linfocítica aguda (LLA). O puede usarse cuando la quimioterapia no está funcionando. También puede usarse junto con quimioterapia para ayudar a que funcione mejor.

Tipos de terapia dirigida para la LLA

Se utilizan varios tipos de medicamentos en la terapia dirigida para la LLA. Son medicamentos que actúan sobre determinadas proteínas anómalas de las células de la LLA, como las que produce el cromosoma Filadelfia. Pueden ser útiles si en las células de la LLA se encuentra esta mutación. Estos medicamentos incluyen inhibidores de la tirosina quinasa (TKI, por su sigla en inglés), como los siguientes:

  • Mesilato de imatinib

  • Nilotinib

  • Ponatinib

  • Dasatinib

Otros medicamentos dirigidos que pueden usarse para tratar la LLA son anticuerpos monoclonales, que incluyen los siguientes:

  • Blinatumomab

  • Inotuzumab ozogamicina

  • Rituximab

Cómo se administra la terapia dirigida

La mayoría de los medicamentos TKI se toman como pastillas, una o dos veces al día. Tómelos exactamente como se lo indique el equipo de atención. Tomar estos medicamentos según las indicaciones les da la mejor oportunidad de tratar la LLA.

Otros medicamentos, como el blinatumomab, se administran por vía intravenosa. Pueden administrarse en el consultorio de un proveedor de atención médica, en una clínica de infusión o en un hospital. Estos medicamentos a menudo causan una reacción alérgica. Esta reacción puede ser grave en algunas personas. Antes de comenzar el tratamiento, es posible que le administren un medicamento para reducir las probabilidades de que se produzca una reacción alérgica. Los tratamientos pueden administrarse desde una vez al mes hasta varias veces a la semana.

Asegúrese de mencionar al proveedor de atención médica todos los demás medicamentos que toma. Entre ellos, los medicamentos de venta libre y los suplementos, como medicamentos a base de hierbas y vitaminas. Algunos medicamentos y suplementos pueden alterar el funcionamiento de los medicamentos de la terapia dirigida.

Durante el tratamiento, se harán análisis de sangre. Esto se hace para comprobar si hay una disminución de los glóbulos blancos o rojos o de las plaquetas. Los análisis de sangre se harán con más frecuencia al inicio del tratamiento.

Posibles efectos secundarios de la terapia dirigida

Los efectos secundarios dependen del medicamento que le administren. Los siguientes son algunos de los efectos secundarios comunes:

  • Diarrea o estreñimiento

  • Fatiga

  • Fiebre

  • Dolores de cabeza

  • Picazón o sarpullidos cutáneos

  • Dolor muscular

  • Náuseas o vómitos

  • Hinchazón

  • Disminución del recuento de glóbulos, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones, sangrados y moretones

Los efectos secundarios de estos medicamentos suelen ser leves. Pero, en algunos casos, pueden causar efectos secundarios más graves dependiendo de los medicamentos. Pregúntele al proveedor de atención médica a qué síntomas debe prestar atención y cuándo debe informarlos.

Cómo trabajar con su equipo de atención

Es importante saber qué medicamentos usa. Anote los nombres de sus medicamentos. Pregunte al equipo de atención cómo actúa cada uno, cómo tomarlos y qué efectos secundarios podrían causar.

Hable con los proveedores de atención médica sobre los efectos secundarios a los que debe prestar atención y sobre cuándo se los debe comunicar al equipo de atención. Sepa a qué teléfono puede llamar si tiene problemas o preguntas, incluso por la noche, en días festivos o fines de semana.

Puede ser útil llevar un registro de sus efectos secundarios. Escriba cualquier alteración física, del pensamiento y emocional. Tener una lista por escrito hará que le resulte más fácil recordar las preguntas cuando concurra a las citas. También ayudará a su equipo de atención a elaborar un plan para controlar sus efectos secundarios.

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