Cáncer en el conducto biliar: diagnóstico

¿Cómo se diagnostica el cáncer en el conducto biliar?

Si el proveedor de atención médica considera que puede tener cáncer en el conducto biliar, tendrá que hacerse determinados exámenes y pruebas para confirmarlo. Para empezar con el diagnóstico de cáncer en el conducto biliar, el proveedor de atención médica le hará algunas preguntas. Le preguntará acerca de su historia clínica, los síntomas, los factores de riesgo y si tiene antecedentes familiares de la enfermedad. También le hará una exploración física.

¿Qué pruebas podría necesitar?

Quizás necesite hacerse una o más de las siguientes pruebas:  

  • Biopsia

  • Análisis de sangre, como pruebas de la función hepática, enzimas hepáticas y marcadores tumorales

  • Ecografía

  • Ecografía endoscópica o laparoscópica

  • Colangiopancreatografía por resonancia magnética

  • Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica

  • Colangiografía transhepática percutánea (CTP)

Biopsia

Una biopsia consiste en extraer un pequeño trozo de tejido y analizarlo en un laboratorio. Es probable que el proveedor de atención médica tenga que extraer un pequeño trozo del tumor del conducto biliar para saber si tiene cáncer. El tipo de biopsia depende de dónde se encuentre el tumor. La biopsia puede hacerse como parte de otro procedimiento, como la CPRE o la CTHP (consulte más abajo). También puede hacerse con una aguja fina y hueca que se introduce en el tumor a través de la piel. La aguja se guía hasta el tumor mediante una tomografía computarizada o una ecografía. Después se introduce en la aguja un pequeño trozo del tumor.

Un proveedor de atención médica llamado patólogo analiza las muestras de la biopsia en un laboratorio y las examina con un microscopio.

Puede que no se haga una biopsia si el proveedor de atención médica puede estar seguro de que se trata de un cáncer en el conducto biliar basándose en pruebas de diagnóstico por imágenes. O puede no hacerse si el cáncer está en un lugar al que sería muy difícil llegar para hacer la biopsia. En estos casos, puede hacerse una cirugía para extirpar el tumor. El cáncer se puede confirmar mediante un análisis del tejido extraído durante la cirugía.

Análisis de sangre

Con los análisis de sangre se puede conocer mejor el estado general de salud y comprobar lo siguiente:

Función hepática

Las pruebas de la función hepática son análisis de sangre en los que se comprueba el funcionamiento del hígado. No se puede saber si tiene cáncer. El cáncer en el conducto biliar puede afectar el hígado. Las mejores pruebas de la función hepática para detectar el cáncer son la bilirrubina, el tiempo de protrombina (razón normalizada internacional o INR, por su sigla en inglés) y la albúmina. Un nivel alto de bilirrubina en la sangre puede ser un signo de que hay una obstrucción en el sistema de conductos biliares. En otra prueba se busca una sustancia llamada fosfatasa alcalina. Las células dañadas de los conductos biliares la liberan.

Enzimas hepáticas

La aspartato aminotransferasa (AST), la alanina aminotransferasa (ALT), la fosfatasa alcalina (AP) y la gamma-glutamil transpeptidasa (GST) son enzimas hepáticas. Se puede medir su concentración en sangre para comprobar si hay inflamación hepática, irritación u obstrucción de los conductos biliares. Si tiene niveles altos de AP y GST, es posible que algo esté bloqueando un conducto biliar. Con la prueba no se puede saber si la obstrucción se debe a un cáncer o a otra afección.

Marcadores tumorales

En estas pruebas se busca el aumento de determinadas sustancias denominadas marcadores tumorales. Algunos tipos de cáncer producen estas sustancias. Si usted pudiera tener cáncer en el conducto biliar, es posible que se comprueben los marcadores antígeno carcinoembrionario (ACE) y antígeno carbohidrato 19-9 (CA 19-9). Si estos marcadores tumorales están altos, puede significar que tiene cáncer u otra enfermedad. Un nivel normal de marcadores tumorales no siempre significa que no haya cáncer. Es posible que el proveedor de atención médica repita esta prueba durante el tratamiento para comprobar su eficacia. 

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Ecografía

Esta prueba suele ser la primera que se hace. Se usan ondas de sonido para detectar problemas en los conductos biliares. Se hace con un instrumento parecido a una varita que se presiona sobre la piel del abdomen. Se envían ondas de sonido desde la varita. Rebotan en su interior y devuelven la señal. Mediante estas señales, una computadora genera imágenes del interior del cuerpo. Es una prueba muy útil para detectar tumores en el interior del cuerpo y obtener más información sobre estos. Por ejemplo, se puede determinar si una masa es un saco lleno de líquido (quiste), lo que significa que probablemente no sea cáncer. Si se trata de un tumor sólido, es más probable que sea cáncer. En la ecografía se pueden detectar conductos biliares dilatados y algunos tumores. 

Ecografía endoscópica o laparoscópica

El proveedor de atención médica puede hacerle una ecoendoscopia. Para realizarla, se usa un tubo delgado y con luz llamado endoscopio. Tiene un pequeño dispositivo de ecografía en el extremo por el que se envían las ondas de sonido. El endoscopio puede introducirse por la boca hasta el estómago, cerca de los conductos biliares.

En una ecografía laparoscópica es necesario hacer un pequeño corte en el costado. Se usa un instrumento largo y delgado llamado laparoscopio para mirar en el interior del abdomen. En el extremo del laparoscopio se coloca un dispositivo de ecografía para obtener imágenes.

En ambos procedimientos, el proveedor de atención médica puede acercarse más a los conductos biliares para usar la ecografía. De esta manera se obtienen imágenes más detalladas que con una ecografía normal. Estos métodos también pueden utilizarse para extraer tejido a fin de hacer una biopsia o para detectar ganglios linfáticos inflamados.

Colangiopancreatografía por resonancia magnética

En esta prueba se obtienen imágenes detalladas de los conductos biliares. Se hace con el mismo tipo de máquina que se usa para las resonancias magnéticas estándar. A diferencia de la CPRE (consulte más abajo), no se usa un endoscopio ni un medio de contraste. Es una prueba con menos riesgos que la CPRE, por lo que los proveedores de atención médica suelen utilizarla si el único objetivo es obtener imágenes de los conductos biliares. La CPRM no sirve para obtener muestras de biopsia ni para colocar endoprótesis. Los stents son tubos diminutos que pueden colocarse en los conductos para mantenerlos abiertos.

Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica

Es una de las mejores pruebas para detectar el cáncer en el conducto biliar cercano al páncreas. Durante esta prueba se administran medicamentos para dormirlo un rato. Después el proveedor de atención médica le introduce un tubo flexible llamado endoscopio por la garganta, a través del estómago y hasta el intestino delgado. El endoscopio se usa para poner un medio de contraste en el conducto biliar común. El medio de contraste aparece en la radiografía. Sirve para detectar obstrucciones o estrechamientos de los conductos.

El endoscopio también se puede usar para extraer tejido para una biopsia. El proveedor de atención médica introduce un pequeño cepillo con un mango largo y flexible a través del endoscopio. El cepillo se emplea entonces para raspar células y pequeños trozos de tejido. Durante una CPRE, el proveedor de atención médica también puede colocar pequeños tubos llamados stents para volver a abrir un conducto obstruido por el cáncer.

Colangiografía transhepática percutánea (CTP)

El proveedor de atención médica puede hacer una CTP si no se puede llegar a la obstrucción durante la CPRE. Es un procedimiento más invasivo, pero con la CTP se obtiene una imagen mejor de los conductos biliares. También es muy útil si el cáncer de los conductos biliares está cerca o dentro del hígado. Se puede ver con precisión dónde está el tumor y cuál es su tamaño. También lo puede ayudar a determinar si el tumor se puede extirpar mediante cirugía. Se usan medicamentos para que duerma y no sienta dolor durante la CTP.

Para hacer esta prueba, se introduce una aguja a través de la piel hasta el hígado para poder inyectar un medio de contraste en el sistema de conductos biliares. El medio de contraste puede observarse en radiografías, en las que puede verse cualquier cambio u obstrucción en los conductos biliares. Durante la CTP, el proveedor de atención médica también puede tomar una biopsia o colocar un tubo delgado para evitar la obstrucción biliar y permitir que la bilis fluya hacia una bolsa fuera del cuerpo. Esto se denomina drenaje biliar transhepático percutáneo.

Obtención de los resultados de las pruebas 

Cuando el proveedor de atención médica tenga los resultados, se contactará con usted. El proveedor hablará con usted sobre otras pruebas que pueda necesitar si se detecta cáncer en el conducto biliar. Asegúrese de entender los resultados de las pruebas y lo que debe hacer a continuación. 

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