Linfoma no Hodgkin: terapia dirigida

¿Qué es la terapia dirigida?

En la terapia dirigida, se utilizan medicamentos que atacan partes determinadas de las células cancerosas. Estos medicamentos se dirigen a proteínas o funciones celulares que ayudan a las células cancerosas a mantenerse vivas, crecer y dividirse. Son diferentes de los medicamentos de quimioterapia (quimio). Y pueden funcionar cuando la quimioterapia no funciona. La terapia dirigida se centra en las células cancerosas. En su mayoría, no afectan a las células sanas. Por lo tanto, los efectos secundarios son diferentes y, a menudo, menos graves que los efectos secundarios de la quimioterapia.

¿Cuándo se utiliza terapia dirigida para el linfoma no Hodgkin?

Se pueden usar medicamentos dirigidos para tratar algunos tipos de linfoma no Hodgkin. Tienden a usarse después de haber probado otros tratamientos. Pero algunas terapias dirigidas se utilizan antes. La terapia dirigida suele suministrarse junto con quimioterapia.

Se analizarán las células del linfoma para buscar cambios en las células que puedan combinarse con un medicamento que se dirija a esos cambios.

¿Qué tipos de medicamentos de terapia dirigida se usan para tratar el linfoma no Hodgkin?

Los medicamentos dirigidos que se usan para tratar el linfoma no Hodgkin incluyen lo siguiente:

  • Inhibidores de quinasa

  • Inhibidores del proteasoma

  • Inhibidores de la HDAC (histona desacetilasa)

  • Inhibidores de la EZH2

  • Inhibidores de exportación nuclear

Inhibidores de quinasa

Las quinasas son proteínas de las células que envían señales al centro de control dentro de la célula. Algunas quinasas ayudan a que las células del linfoma crezcan o se mantengan vivas. Los medicamentos que bloquean las quinasas se llaman inhibidores de quinasas. Gracias a ellos, se retarda o se retiene el crecimiento de algunos tipos de células del linfoma no Hodgkin. Están agrupados según la quinasa específica sobre la que actúan:

  • Inhibidores de la BTK. Estos medicamentos bloquean la proteína BTK, que ayuda a que las células del linfoma crezcan y se mantengan vivas. Suelen utilizarse después de haber probado al menos otro tratamiento. Se toman a diario como una pastilla. Algunos de los efectos secundarios son dolor de cabeza, aparición de moretones con facilidad, infección, cambios en las deposiciones y problemas con el ritmo cardíaco.

  • Inhibidores de la PI3K. Estos medicamentos actúan sobre un grupo de quinasas conocido como PI3K. Las quinasas PI3K envían señales que afectan el crecimiento celular. Estos medicamentos se toman en forma de pastillas o se administran en forma de infusiones en una vena a través de una vía intravenosa. Se usan con mayor frecuencia cuando otros tratamientos para el linfoma dejan de funcionar. Los efectos secundarios comunes incluyen fiebre, cansancio, náuseas, diarrea, tos, dolor abdominal, sarpullido y recuentos bajos de células sanguíneas.

Inhibidores del proteasoma

Los proteosomas actúan como pequeñas unidades de eliminación de desechos dentro de las células. Se deshacen de las proteínas que la célula no necesita. Esto ayuda a controlar el crecimiento celular. Los inhibidores del proteasoma detienen los proteosomas para que no destruyan las proteínas. A medida que las proteínas se acumulan dentro de las células del linfoma, estas mueren.

El bortezomib es un inhibidor del proteasoma que puede usarse para tratar algunos tipos de linfoma. Tiende a usarse si otros tratamientos no funcionan. Se puede administrar por vía intravenosa o mediante una inyección debajo de la piel (inyección subcutánea). Algunos efectos secundarios son náuseas, pérdida del apetito y recuentos bajos de células sanguíneas. También puede causar daño a los nervios. Esto puede causar hormigueo, entumecimiento o dolor en las manos y los pies.

Inhibidores de la HDAC

Los inhibidores de HDAC (histona desacetilasa) actúan sobre las histonas. Estas son proteínas que afectan los genes de las células que controlan el crecimiento celular. Los inhibidores de HDAC se pueden usar para tratar algunos tipos de linfomas de células T, incluidos los linfomas de piel.

Ejemplos de estos medicamentos son la romidepsina y el belinostat. Ambos se administran por vía intravenosa en la sangre. Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, vómitos, falta de aire, cansancio y recuentos bajos de células sanguíneas.

Inhibidores de la EZH2

La EZH2 es una proteína que puede ayudar a que algunas células cancerosas crezcan. Algunas personas con linfoma folicular (FL) tienen una mutación del gen EZH2 en sus células cancerosas. Un medicamento llamado tazemetostat se dirige a esta mutación para matar las células FL. Se puede probar si otros tratamientos no funcionan. A veces incluso se usa para tratar células FL que no tienen la mutación EZH2 cuando no quedan otras buenas opciones de tratamiento. Se toma en forma de pastilla.

Algunos efectos secundarios comunes son cansancio, recuentos bajos de células sanguíneas, dolor de huesos y músculos y náuseas.

Inhibidores de exportación nuclear

El núcleo es el "cerebro" de la célula. A través de él, se controlan las proteínas que mantienen viva una célula. Gracias a una proteína llamada XPO1, se pueden mover proteínas desde el núcleo a otras partes de la célula para mantenerla viva y funcionando. Selinexor es un medicamento llamado inhibidor de la exportación nuclear. Bloquea la proteína XPO1 para que otras proteínas no puedan salir del núcleo. Podría usarse para tratar ciertos linfomas de células B que ya no responden a ningún otro tratamiento.

Este medicamento se toma en forma de pastilla. Algunos efectos secundarios comunes son recuentos bajos de células sanguíneas, que pueden provocar sangrado fácil, cansancio y falta de aire. También puede causar náuseas, diarrea, pérdida de peso y niveles bajos de sodio en la sangre.

Colabore con el proveedor de atención médica

Hable con los proveedores de atención médica sobre cómo debe esperar que sea la terapia dirigida y a qué efectos secundarios debe estar atento. Asegúrese de saber cuándo llamarlos. Por ejemplo, si sus recuentos sanguíneos disminuyen, esto puede hacerlo más propenso a contraer infecciones. Es probable que le indiquen controlar la temperatura y mantenerse alejado de las personas enfermas. Puede llamar si tiene fiebre o escalofríos. Asegúrese de saber a qué teléfono llamar si tiene problemas o preguntas. Pregunte cómo obtener ayuda fuera del horario de atención del consultorio y durante los fines de semana o los feriados.

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